martes, 22 de marzo de 2011

Velando lorzas


Mañana es el Gran Día, ¿por qué? Muy sencillo, tengo hora con el endocrino (gordólogo en mi argot particular), le llevaré el resultado de los análisis de sangre que me mandó hace diez días y, supongo, me dará mis primeras pautas para comenzar a perder peso de manera controlada.

Hasta aquí todo en orden.

Ahora un "pero"...

Ya he hecho dieta en otras ocasiones y una de las cosas que más me ha motivado en el pasado ha sido la actitud desplegada por el médico hacia mi y hacia la propia dieta. Me refiero a su grado de implicación y a su demostración de que aquello era algo más que el simple hecho de "recetar" una dieta.

Una vez, hace muchos años, acudí a un gordólogo y este se limitó a medirme, pesarme y entregarme una fotocopia con una dieta. Nada más. No me preguntó cuales eran mis hábitos, ni mis gustos, ni mis problemas con la comida. Tampoco le interesó si hacía deporte o qué me había llevado allí. No se preocupó de saber si la dieta que me estaba prescribiendo me parecía fácil o difícil, llevadera o insustancial. Sencillamente sacó de uno de sus cajones una fotocopia y me la entregó. Por supuesto no volví nunca a aquella consulta, pero saqué bastantes conclusiones nefastas. Y una de ellas está referida a que es importantísimo que el médico se ponga del lado del paciente en aspectos que van más allá del simple recetario.

Por eso, mañana, cuando vaya al gordólogo sé muy bien que juzgaré la dieta que me imponga con parámetros que irán más allá de los alimentos y las limitaciones que me aconseje. Valoraré si se preocupa por conocerme, por descubrir qué me ha llevado allí, por qué quiero cambiar unos hábitos que son parte de mi comportamiento (i)rracional desde hace más de veinte años. Y entonces, sabré si realmente me voy a poner en sus manos y le voy a considerar mi guía durante todos los meses de esfuerzo y cambios que se abren ante mi.

Cuando sepa como ha ido la cosa la comentaré aquí. Quiero, de todo corazón, que mañana las cosas empiecen a cambiar para siempre. Quiero empezar de nuevo y conseguir cumplir un objetivo tan obvio como complejo: sentir que mi cuerpo es, por fin, mío.

2 comentarios:

  1. "Quiero empezar de nuevo y conseguir cumplir un objetivo tan obvio como complejo: sentir que mi cuerpo es, por fin, mío."

    Que fácil y que complicado a la vez. Mucho ánimo!

    ResponderEliminar