sábado, 4 de junio de 2011

Fue bien. Irá mal.


Reconozco que esta semana me he llevado una sorpresa de aúpa al pesarme. Pensaba que iba a perder poquísimo o incluso coger algo de peso pero resulta que mi báscula dice que he perdido un kilo y medio. ¿Se equivoca ella o mi percepción?

Asumo que la báscula puede dar un peso aproximado y por eso, como ya he dicho otras veces, me peso al menos tres veces para ver si oscila el resultado. Pero hoy siempre me ha dado el mismo peso: 106,2 kg. Así que asumo que mi peso debe andar por ahí.

En cualquier caso, no me quiero fiar. Ahora estoy pasando momentos duros porque mantener el convencimiento es complejo. A fin de cuentas, el ánimo y la voluntad se ven alterados por muchos factores (el trabajo, la familia, el cansancio acumulado) y en un momento dado se puede sufrir una recaída. Eso es lo que más temo ahora.

Además están los imponderables de la vida. Por ejemplo, estoy inmerso en un tratamiento médico que me va a hacer engordar un poco por la retención de líquidos que provocan los medicamentos. Es una cosa temporal (dos semanas) pero altera mi dieta obligatoriamente y me descentra bastante. Debo ser más cuidadoso si cabe con la comida y con las "licencias" que me tome pero doy por sentado que voy a pasar quince días malos en lo referente a la dieta y la pérdida de peso, ojalá no me venga muy abajo.

En la Pesada de mañana (que promete ser desastrosa) desataré todos mis temores...

No hay comentarios:

Publicar un comentario