domingo, 12 de junio de 2011

Sorpresa


Bueno, confieso que esta semana ha sido un despropósito tras otro en lo referente a la dieta. Todos los días ha pasado algo (comer fuera, un compromiso, un cumpleaños) que me ha impedido ceñirme estrictamente a la dieta. Por lo que creo que podía haber llegado mucho más lejos ante el esfuerzo invertido. Pero esta carrera es de fondo, no de velocidad.

Como ya dije, estoy con un tratamiento con cortisona que me advirtieron que tenía como efecto secundario probable que retuviese líquidos, surgiesen algunos problemas digestivos y que me subiese la tensión. Eso significaba que me resultaría más difícil perder peso y que podría tener algún tipo de malestar físico llegado el caso.

Lo de la retención de líquidos no sé si se ha producido pero lo de la digestión seguro que sí porque lo cierto es que llevo una semana bastante mala en lo referido a ir al baño. Tanto sólido como líquido. Creo que sufro algún tipo de estreñimiento o de contención que me hace tener todo el día la sensación de estar lleno y por mucho que me siente en el trono y pontifique aquello prospera más bien poco.

En cualquier caso, entre los saltos de la dieta y la retención el escenario que me había planteado que se iba a producir en la Pesada era bastante aciago y luctuoso. Estaba seguro de que habría engordado nuevamente (con el coste para la moral que eso significa). Pero, ¡arrea!, resulta que pese a todo la báscula me dice que he adelgazado algo más de medio kilo.

¿Cómo es posible?¿Soy un agonías o es que, pese a todo, hago la dieta lo suficiente como para seguir perdiendo algo de peso?

La respuesta que me viene a la cabeza es sencilla: cómo todavía me sobra mucho peso a poco que hago dieta mi cuerpo responde perdiendo kilos pero cuando me sobre menos dejaré de perder si no elevo mucho el esfuerzo.

Es probable, me sobra tanto que a poco que me cuido algo ya pierdo.

Vale, es plausible y me lo creo. Pero entonces ¿la retención de líquidos y la mala semana digestiva que estoy pasando no significa nada? No lo sé, pero quizá cuando termine el tratamiento desaparezcan esos síntomas y todo vuelva a la adorable normalidad que es tan cómoda.

Sea como fuere el reto sigue en pie. Me siguen sobrando bastantes kilos, sigo teniendo la mayor parte del armario inutilizado, mi cuerpo sigue estando muy débil y todavía arrastro secuelas físicas provocadas por el sobrepeso (mi tobillo izquierdo me provoca una molestia constante). Sigue habiendo mucha tela que cortar y el tiempo corre en mi contra: el 31 de diciembre se me acaba el plazo para llegar a los 98 kilos.

Por cierto, la dieta que sigo es muy sencilla y la comentaré en varios posts que espero poder escribir esta semana con más calma.

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